Samsung Galaxy S8: el «smartphone» que tal vez no deberías comprar todavia


La compañía empezará a distribuir en Europa la semana que viene los primeros terminales que ya han causado cierta polémica: pantallas rojizas, un botón de huellas dactilar poco adecuado para zurdos, un nivel de seguridad cuestionable y un asistente, Bixby, que debuta incompleto.

Este jueves 20 de abril, Samsung empieza a distribuir los primeros Galaxy S8 entre quienes adquirieron el terminal de forma anticipada a través de la web de la compañía o de distribuidores autorizados desde el 29 de marzo. Estos compradores recibirán el dispositivo en su domicilio una semana antes de que el S8 salga oficialmente a la venta en Europa el próximo 28 de abril. Pero, a juzgar por las denuncias en Corea y EE.UU., la compañía parece haberse adelantado y comercializar, antes de tiempo, un «smartphone» con ciertos errores.

El Samsung Galaxy S8 costará 809 euros, mientras que el Galaxy S8+, de mayor tamaño, tendrá un precio de 909 euros. Cifras muy elevadas para que, después, los consumidores se encuentren con un «smartphone» cuyas características principales están sin terminar, tal y como señala «The New York Times».

Como ya hemos contado, Bixby, el asistente virtual controlado por voz para competir con Siri, Google Assistant o Alexa no estará listo a tiempo para cuando el dispositivo llegue a los consumidores de EE.UU. el 21 de abril. Se va a estrenar sin los comandos de voz. Samsung ha explicado que los usuarios tendrán que esperar a que se publique una actualización de software a finales de primavera.
Pero, además, parece que Samsung ha decidido que el botón del asistente, situado en el lateral izquierdo, ya no se pueda reasignar a otras funciones, como en un principio estaba previsto. Y es que se podía personalizar para acceder de forma directa a otras aplicaciones, como Google Assistant. Este bloqueo repentino ha enfadado mucho a los usuarios.

Problemas de diseño y seguridad

«The New York Times» señala también otra de las características controvertidas del S8: su nuevo diseño. Para empezar, parece que Samsung no se ha parado a pensar en los problemas que ocasiona el sensor de huellas dactilares, situado en la parte trasera, muy cerca de la lente de la cámara. Para empezar, los usuarios denuncian que la nueva posición del sensor hace que continuamente apoyen el dedo en la lente de la cámara. También, aseguran, resulta inútil para los zurdos, que ven cómo desbloquear el teléfono se convierte en algo complicado.

Pero el Galaxy S8 incluye el reconocimiento facial como método de desbloqueo. Tan solo hay que levantar el teléfono hacia la cara, como si fuésemos a hacernos un «selfie». El problema es la falta de seguridad de este método. «Un portavoz de Samsung dijo que la función de reconocimiento facial era menos segura que el lector de huellas digital o un tercer método de desbloqueo, un escáner opcional de iris», recoge el diario. Por último, algunos usuarios de Corea del Sur han denunciado un problema en la pantalla del terminal. Al parecer, el S8 muestra un panel con cierto tono rojizo.


Los coreanos, que disponen del terminal desde el 14 de abril, no han tardado en emitir sus quejas a través de la Reddit, denunciando el tinte de color rojo que predomina en el panel Super Amoled. «No es un problema de calidad y se puede ajustar desde el propio teléfono. Si el color sigue siendo rojizo, los clientes pueden cambiarlo», ha señalado un portavoz a de la compañía a «The Korea Herald».

El nuevo tono, han dicho algunos expertos, puede ser un simple problema en cuanto al balance de color de la pantalla al momento de calibrar los tonos rojo, azul y verde de forma automática. Ahora, toca esperar y comprobar cómo se comporta el S8 en Europa aunque a juzgar por los precedentes, las decepciones no se harán esperar.

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